El equipo mendocino tuvo el objetivo claro: salvarse del descenso. Para esto, necesitaba ganar, así no dependía de lo que pase con los equipos santafesinos complicados e implicado y con ese resultado clasificar a la Copa Sudamericana por segunda vez en su historia. De no lograrlo, debía perder alguno.
Por el lado de la academia, Radaelli llamó a la mayoría de chicos de reserva, ya que los titulares están casi todos lesionados, para cerrar esta pésima campaña (la peor de su historia). Racing no se jugaba nada, por lo que el técnico interino se dio el lujo de renovar un poco la acostumbrada lista de convocados con la inclusión de Melillo en el equipo titular y de Castro y Oroz en el banco. Luego terminaría ingresando Oroz a falta de 20 minutos.
Los dirigidos por Almirón, fueron muy superiores al equipo que puso en cancha Radaelli. El resultado fue engañoso. Godoy Cruz, de no ser por Saja, hubiese ganado por más goles. Tuvo mucho más la pelota, supo crear los espacios y, sobre todo, fue seguro en defensa.
Los del tomba, merecieron y consiguieron lo que quisieron, salvarse del descenso y clasificar a la Copa Sudamericana. Los de Avellaneda, se vieron muy dominados y hasta fue expulsado Gabriel Hauche en medio de la desesperación que se notaba en los jugadores de la academia.
El tomba cierra una campaña estupenda con 56 puntos, y no así la academia que consiguió la derrota número 21 en la temporada (38 partidos) y no solamente es el peor de la categoría, sino que es el tercer equipo que más perdió en el fútbol argentino en ésta temporada (lo superan Colegiales y Villa San Carlos con 22 derrotas).
Mendoza fue carnaval. Godoy Cruz lo festejó y Racing fue su anfitrión.
Hernan Sartorio - Racing
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