Menú

lunes, 8 de septiembre de 2014

La banda no para

River volvió a dar cátedra y pasó por arriba a Tigre en el Monumental. Fue 2 a 0 con goles de Mora, pero pudieron ser más. El equipo que sigue enamorando a sus hinchas marca la diferencia dentro de la cancha y en la tabla: está puntero y a tres de Vélez, que es escolta.


 Una revolución futbolística. El River de Gallardo llena los ojos y el alma. Es un deja vú de esos grandes equipos que engalanaron el Monumental hace dos décadas, y que hoy tienen su propia remake de galera y bastón. El funcionamiento se consolida y ratifica partido a partido, haciendo honor a un estilo tan riverplatense como la banda roja cruzando el pecho. 

La víctima, en esta oportunidad, fue un golpeado Tigre que venía de quedarse sin entrenador. El Millonario tuvo que lidiar con sus propias limitaciones físicas, producto de la intensa seguidilla de partidos que incluso ya habían traído algunas bajas. Pero, a pesar de todo, el equipo volvió a demostrar que el estilo no se negocia.

Salió a comerse a Tigre desde el inicio, pero el campo de juego le jugó una mala pasada las veces que los delanteros quedaron de cara al gol (se regó antes del comienzo del partido, pero no se tuvo en cuenta la lluvia de dos días atrás). Las chances fueron muchas y el arquero García se transformó en una de las figuras de la noche. Pero apareció Rodrigo Mora en dos oportunidades para hacer delirar a las cincuenta mil personas que fueron a alentar a la Banda. 

No siempre podrá mostrar este nivel superlativo o golear al rival de turno, pero si hay algo que River dejó en claro es que nunca deja de ir por más. Jugar, presionar, atacar... son los verbos con los que Gallardo trata de convencer a sus dirigidos, y vaya si le está dando resultado. Hasta los centrales se mandan corajeadas que terminan en el área de enfrente. El equipo nunca afloja, y los goles pudieron ser muchos más.

Los números son abrumadores. El Millonario lleva 5 victorias seguidas en el torneo. Para recordar una marca así hay que irse al Clausura 2003, cuando  hilvanó 8 triunfos consecutivos con Manuel Pellegrini que luego derivarían en el título. Además, el Monumental se ha tornado imbatible: acumula 11 festejos seguidos. Hay que remontarse a los años 1943 y 1944, cuando la gloriosa Máquina alcanzó la espectacular racha de 18 victorias al hilo. También acumula un invicto de 17 partidos sin perder por competencias oficiales.

Ahora, el plantel tendrá dos días de descanso más que merecidos tras una tarea brillante. Habrá que recuperar el físico y poner la cabeza en la seguidilla que se viene: Sudamericana, torneo local y... ya comienza a hacerse sentir el Superclásico. Mientras tanto, en las tribunas, los hinchas aplauden, cantan y se ilusionan. Porque este River te invita a soñar.








Macarena Álvarez Kelly

No hay comentarios.:

Publicar un comentario