Poco entregó un Libertad que llegaba a Núñez con la obligación de convertir tres goles para clasificar a la siguiente fase, pero que sólo se preocupó porque River no le convirtiera más tantos. El equipo de Gallardo vivió el partido como un trámite: controló la pelota los 90 minutos y se movió con mucha tranquilidad dentro de la cancha.
El Millonario se mostró agresivo y decidido a buscar el arco rival, como nos tiene acostumbrados. Si bien reguló la energía de manera constante y le dio lugar a los juveniles que no suelen ser titulares, volvió a mostrar su mejor versión con ráfagas de un gran fútbol, presión y una gran precisión. Tan superior fue el equipo local que logró quebrar dos récords por Copa Sudamericana: tuvo el 76,96% de posesión de balón y completó un 92% de efectividad en los pases.
Todos los jugadores mostraron un gran nivel individual y colectivo. Sobre el final del primer tiempo, Sánchez estrelló un disparo en el palo y Mercado capturó el rebote para mandarla adentro. El arquero paraguayo la sacó de adentro y por las dudas Sánchez la volvió a estampar en la red, pero el árbitro ya había cobrado gol del defensor. De esta manera, la Banda se iba al descanso en ventaja.
Barovero tapó alguna que otra situación de peligro para los visitantes cuando las cosas aún estaban igualadas, pero una vez que el Millonario logró ponerse en ventaja la historia ya estaba terminada. Más aún cuando Libertad se quedó con un hombre menos por un violento codazo que Bareiro le propinó a Rojas, que recibió varios puntos por encima de su ojo izquierdo. Para colmo después el volante sufrió una dura plancha, pero siguió jugando como si nada y completó una tarea estupenda.
En la segunda mitad River no aflojó y siguió yendo a buscar el gol como si su clasificación dependiera de ello. Con la ambición que lo caracteriza, terminó jugando a puro toque y con mucha intensidad, cerrando una actuación brillante. El arquero Muñoz se convirtió en figura y el elenco paraguayo hacía tiempo porque estaba padeciendo el encuentro. Hasta que sobre el final y luego de una gran habilitación de Funes Mori, Simeone culminó una gran jugada para poner el 2-0 definitivo.
Fue una fiesta adentro de la cancha y también en las tribunas. La gente cantó, aplaudió y ovacionó a los jugadores y al técnico cada vez que el partido le dio un respiro. Si bien River contó con muchas chances de convertir más goles y el marcador podría haber sido mucho más abultado, terminó cerrando la serie con un global de 5 a 1. Contundente y merecido.
Ahora, el equipo de Gallardo se enfrentará con Estudiantes de La Plata, que viene de eliminar a Peñarol por penales. Serán tres partidos consecutivos contra el Pincha, ya que en medio de los dos encuentros por la Sudamericana también deberán enfrentarse por la Fecha 14 del torneo local. Por lo pronto, sólo se piensa en el próximo compromiso: el domingo el puntero deberá superar un duro escollo en Rafaela.
Macarena Alvarez Kelly
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