Era de esperarse que el encuentro no se diera con las mismas facilidades que por el torneo local, donde River pasó por encima a Godoy Cruz ganándole 4 a 0. El Tomba tomó muchos más recaudos, luchó y salió decidido a quedarse con el triunfo, con el orgullo herido por la última goleada. Le metió un hombre encima a Kranevitter e intentó cortar los circuitos de juego para quitar órden y dinámica. Las ausencias en el visitante se hicieron notar y el desgaste físico también, dejando en evidencia a un conjunto millonario mucho más impreciso y cansado.
A pesar de eso, River contó con las chances más claras para abrir el marcador. Pisculichi (con un pifie en el primer tiempo y un tiro en el palo en el segundo), Sanchez y Mora padecieron la buena actuación del arquero Moyano y sus propias limitaciones físicas. En el complemento los mendocinos se fueron quedando y cediendo campo y pelota a un Millonario que iba con voluntad pero sin energía. Cuando el 0-0 parecía inmodificable y ambos equipos comenzaban a resignarse con el empate, Jerez Silva metió una mano infantil que significó un peligroso tiro libre para la Banda el tiempo de descuento.
Y apareció Germán Pezzella. El defensor que ingresó al equipo para reemplazar al lesionado Maidana y que, al igual que ante San Lorenzo por la Superfinal, le dio el triunfo a River con un gran cabezazo luego de un centro de Pisculichi. Un jugador que cada vez que le toca ser titular se hace protagonista, como aquella noche en San Luis en la que derrotó al Ciclón y le dio al Millonario un título y, justamente, la clasificación a la Sudamericana.
De esta manera, River vuelve a Buenos Aires con la ventaja del gol de visitante y esperará recuperar soldados de cara a los encuentros que se vienen por el torneo local y al partido de vuelta contra Godoy Cruz, que se jugará en el Monumental el jueves 18 de septiembre. El ganador de la serie se enfrentará a Libertad de Paraguay o Barcelona de Ecuador.
Macarena Álvarez Kelly
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