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lunes, 1 de septiembre de 2014

Una banda que va por más

En el duelo de campeones, River fue más. El equipo de Gallardo derrotó a San Lorenzo por 3 a 1 con goles de Pisculichi, Teo y Boyé, marcó territorio jugando un gran fútbol y se trepó en soledad a la cima del campeonato.


El equipo del Muñeco venía siendo la sensación del torneo, pero estaba claro que ante San Lorenzo tendría su primer gran desafío. Por ser un clásico, por enfrentarse al campeón de América y por las dimensiones del campo de juego, había que ratificar todo lo hecho hasta el momento y, de paso, romper la mala racha de diez años sin ganar en el Bajo Flores.

El Nuevo Gasómetro fue el escenario de un duelo táctico. Ambos entrenadores plantaron a sus equipos basados en convicciones propias, pero también pensando la mejor manera de herir a su rival. El local fue quien golpeó primero. Iban apenas 5 minutos de juego cuando Mercier metió un gran pase a Villalva, quien se coló por la derecha y le cedió el gol a Matos. River pagó caro su desatención ofensiva, ya que los laterales quedaron muy lejos de la jugada y los centrales quedaron expuestos.

Uno de los mayores interrogantes era qué sucedería con el funcionamiento del equipo y la idea de juego cuando le tocara arrancar perdiendo, algo que hasta hoy no había sucedido. La duda no duró mucho. El Millonario siguió presionando y tocando sin desesperarse. Tal es así que apenas unos minutos después llegó el empate: Vangioni y Rojas se conectaron por izquierda, habilitando a Pisculichi que fusiló a Torrico con un zurdazo cruzado.

A partir de ahí, River comenzó a manejar el trámite del partido a su antojo. Solo sufrió algunos sobresaltos con contragolpes, algo lógico teniendo en cuenta los riesgos que se toman por la idea elegida. En el segundo tiempo, Pisculichi desbordó por izquierda en un contragolpe, enganchó llegando al área y le dio un pase perfecto a Teo que definió a la carrera, estirando su racha goleadora. El tercero llegaría tras un tiro libre de Martínez que Boyé cabeceó de gran manera, poniendo la pelota en el palo derecho de Torrico y coronando su primer gol en Primera.

Un capítulo aparte para el pésimo arbitraje de Germán Delfino. Las polémicas fueron muchas: no cobró dos penales para River (uno a Teo - que encima le valió la amarilla al colombiano- y otro a Maidana) y también se hizo el distraído cuando Funes Mori manoteó a Cetto en un tiro de esquina. La bronca para el Ciclón llegó cuando el árbitro expulsó a Mercier y más tarde a Cetto, dejando al local con diez hombres.

El equipo de Gallardo sigue sorprendiendo e ilusionando. Alcanzó su cuarto triunfo consecutivo y suma 15 partidos sin conocer la derrota. Además, River es el más goleador (13) y el menos goleado (2). En el Nuevo Gasómetro dio una prueba de carácter y demostró que la identidad no se negocia: no importa el rival, el escenario, ni las circunstancias. Fiel a su estilo, el campeón también es puntero, y hoy los mira a todos desde arriba.





Macarena Álvarez Kelly


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