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martes, 25 de noviembre de 2014

Los mercenarios de siempre

Más de 100 integrantes de la barra disidente de River ingresaron a la confitería del club con palos y armas blancas, sembraron el pánico y apuñalaron a tres integrantes de Los Borrachos del Tablón. Recrudece la interna de siempre.



La violencia en el mundo del fútbol parece no tener fin. En esta oportunidad le tocó a River, algo que todos aquellos que viven el día a día en el club de Núñez ya sabían que pasaría, pero que otros prefirieron ignorar. La cercanía con el Superclásico por la Sudamericana y el hecho de que muchas de las cámaras de seguridad se encontraban en mantenimiento no son meras coincidencias. Estos individuos llegaron de manera organizada, con un plan estratégico armado y seguramente con cómplices internos. Otra suspicacia: el presidente D'Onofrio no estaba en el club, sino en una reunión en la AFA.

Todo sucedió demasiado rápido. El grupo de matones increpó al personal de seguridad de la entrada y del estacionamiento interno y se dirigió directamente hacia la confitería, donde sabían que se encontraban algunos de los hombres más importantes de Los Borrachos del Tablón. En medio de un ambiente familiar y plagado de chicos que salían del instituto, se desató el caos: volaron sillas y botellas, rompieron todos los vidrios e hirieron de gravedad a tres individuos identificados con la barra oficial. Otro grupo se dirigió hacia el gimnasio, pero no encontraron a los destinatarios del ataque. Y así, como si nada, en menos de 10 minutos se retiraron sembrando el horror.

Así quedaron los vidrios de la confitería.
Los hombres heridos (Héctor 'Caverna' Godoy, Gustavo 'Uruguayo' Larraín y 'Tachero' Luzzi) fueron trasladados rápidamente al Hospital Pirovano, mientras que las demás personas con heridas leves fueron atendidas en la sala de primeros auxilios del club. La guerra campal en pleno corazón del Monumental dejó sus secuelas: no solo los socios quedaron con una sensación de horror e impotencia por lo vivido en un lugar que consideran su casa, sino que la institución podría sufrir serias sanciones por parte de la justicia. Por el momento, los organismos de seguridad se encuentran examinando las pocas imágenes que las cámaras lograron capturar y decidirán en las próximas horas cuál será el castigo.

Un nuevo capítulo en esta historia de violencia que parece no tener fin, ni nadie que quiera cambiar la triste realidad. Quienes tienen las herramientas para hacer algo seguirán eligiendo mirar para otro lado, mientras estos delincuentes, que se creen dueños de nuestros clubes, seguirán haciendo sus negocios y manejándose impunemente amparados por el poder político. La justicia debería actuar en consecuencia, contra los que no debieron entrar y contra los que nunca debieron estar adentro. Los perjudicados, como siempre, serán los socios e hinchas que quieren acompañar a su equipo sin ningún otro interés de por medio más que el amor por los colores. 


Macarena Álvarez Kelly


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