El equipo ya no daba tantas buenas señales ni podía desplegar todo el buen juego al que nos había acostumbrado en gran parte del torneo. Sin dudas, la derrota ante Estudiantes terminó dejando en claro que River debía barajar y dar de nuevo. Con Racing al asecho, que había logrado igualarlo en la cima, no había otro resultado posible que una victoria para afrontar con aire y confianza una semana decisiva.
Pero el encuentro frente a Olimpo en el Monumental no hizo más que seguir sembrando dudas y provocar varios dolores de cabeza por las chances desperdiciadas y los puntos dejados por el camino. Como siempre, el Millonario se hizo protagonista y salió a buscar el arco rival ante un Olimpo muy limitado que se dedicó a hacer tiempo y tirar pelotazos. Los de Gallardo volvieron a sentir mucho las ausencias de Teo y Sanchez, pero más allá de los destellos individuales tampoco apareció el juego asociado.
El gol de River llegó tras un córner de Pisculichi a la cabeza de Funes Mori, quien se elevó de una manera imponente para abrir el marcador. La Banda estaba arriba en el resultado pero dejaba mucho que desear desde la generación de juego, flojo en todas las líneas, regalando espacios y perdiendo pelotas increíbles en mitad de cancha. De esta forma se encargaba de agrandar a un conjunto bahiense que había salido a la cancha para especular.
Un solo error bastó para que el visitante llegara al empate: Funes Mori, héroe y villano, le pifió al despeje y Borja no perdonó: la tomó de aire y puso el 1-1 definitivo. El Millonario siguió buscando, pero las ideas y las piernas ya no estaban. De esta manera, los de Núñez entraron en una meseta que preocupa, ya que solo sacaron dos de los últimos nueve puntos en juego y contra rivales que poco hicieron para llevarse semejante premio.
River se complicó solo en su camino al bicampeonato. Si bien sigue puntero en soledad (al menos hasta ver qué pasa con Lanús e Independiente), el márgen de error se redujo a cero y deberá enfrentar la semana más importante del año con varias dudas en el tintero. Habrá que hacer borrón y cuenta nueva. Después de todo, cuesta creer que el equipo se haya olvidado de lo que supo demostrar hace algunas fechas atrás. El cansancio físico y mental se hace sentir más que nunca, pero no se puede aflojar en la recta final.
Macarena Alvarez Kelly
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