Las altas temperaturas parecían ser el principal factor de riesgo en el desarrollo del encuentro. Sin brillar, el equipo de Gallardo manejaba el balón y contó con las más claras, pero no supo aprovecharlas. Primero Boyé, que no pudo controlar debajo del arco, y luego Sánchez con un disparo que se fue desviado al córner tras rebotar en un defensor. Cuando parecía que se iban a ir al descanso sin sacarse diferencias, Vargas sacó un remate tremendo de 30 metros que encontró mal parado a Barovero y puso en ventaja al local. Un baldazo de agua fría, un resultado injusto.
El complemento arrancó con el conjunto Gumarelo mejor parado y decidido a aumentar el marcador a su favor. Pezzella metió la mano de manera infantil en el área millonaria y el peruano Carrillo cobró penal, pero unos segundos después se cortó la luz del estadio. Ante la impaciencia y el enojo de jugadores, dirigentes y cuerpo técnico transcurrió casi media hora a la espera de que regrese la iluminación. Para colmo, había quedado en suspenso nada más y nada menos que un penal. Cuando todo estuvo en condiciones, Rodrigo López se paró frente a Barovero y pateó, pero su disparo se fue apenas afuera.
River pasaba de la angustia a la esperanza en un instante. En el siguiente ataque del Millonario, Funes Mori se mandó una corajeada y rescató una pelota que se iba de la cancha. Sánchez, ante la inmovilidad de la defensa paraguaya, la punteó de derecha y la mandó a la red. Cuando todo era alegría en el banco visitante, otro apagón volvió a dejar el estadio a oscuras; una situación bochornosa teniendo en cuenta que se trata de un torneo internacional. El estadio Dr. Nicolás Leoz no sólo cuenta con muy poca capacidad, sino que demostró no tener las herramientas para solucionar este tipo de contratiempos. Un papelón.
Veinte minutos después volvió la luz y Gallardo apostó a los cambios, que nuevamente le respondieron con creces. Driussi marcó el segundo tras una gran asistencia de Mora y selló así su debut en las redes en primera división. Más tarde Simeone peleó una pelota, quedó mano a mano con el arquero y se la picó por encima, sentenciando el 3-1 definitivo. Un partido difícil de analizar debido a las interrupciones y que por momentos hasta se vio desvirtuado. Pero, sin duda, un gran mérito del conjunto millonario.
De esta manera, River se ampara en la ventaja que le dan los tres goles de visitante y espera la revancha en el Monumental (el próximo miércoles a las 21.30) con más tranquilidad. El equipo de Gallardo volvió a dar una muestra de carácter en la adversidad y demostró que quiere ir por todo. Aún con un plantel corto y bajas importantes, ya tiene un pie en cuartos de final de la Copa Sudamericana. Ah, y ya arrastra un invicto de 25 partidos. La Gallardeta está imparable.
Macarena Alvarez Kelly
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