El primer tiempo rozó el aburrimiento. Con ideas y sistemas bastante diferentes, ninguno de los dos pudo imponer su juego. En el segundo tiempo se empezó a lucir el 10 del Bicho: clavó un golazo de tiro libre al ángulo (inatajable para Saja) y casi mete uno olímpico. Riquelme se adueñó del encuentro, jugó e hizo jugar a sus compañeros. Tacos, pisadas y algunos lujos más.
Racing, desorientado, nunca pudo encontrarle la vuelta al partido. La Academia abusó del pelotazo, más aún luego de quedar en desventaja, y quedó en evidencia el poco peso ofensivo de su delantera. Gabbarini solo fue exigido en dos oportunidades: un tiro libre de Bou y un cabezazo de Lollo. Dependía casi exclusivamente de una acción individual de Centurión. Para colmo, Aued se fue expulsado dejando al equipo de Cocca con diez.
Los últimos minutos transcurrieron sin mayores sobresaltos. En la cancha de Huracán se jugó al ritmo del 10. Mientras tanto, Racing se asfixió en su propia impotencia. El Bicho de la Paternal sigue en la Copa Argentina y ya tiene rival esperándolo en cuartos: el Pincha de Caseros.
Macarena Álvarez Kelly
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