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lunes, 11 de agosto de 2014

Un arranque tibio y con sabor a poco

En un partido muy accidentado, River no fue ni la sombra del último campeón. Quedó en evidencia la falta de delanteros de experiencia y los problemas del mediocampo. Para colmo, Barovero se tuvo que retirar lesionado. Los goles para el 1 a 1 llegaron sobre el final.


Gallardo no pudo tener su debut soñado en la primera fecha del torneo. La imagen que dejó su equipo fue muy similar a la que dio frente a Ferro, por Copa Argentina: una defensa ordenada, un mediocampo desconectado y sin ideas que puedan abastecer a los atacantes. El Millonario fue un equipo quebrado y muy apresurado. Dio ventajas en varios pasajes del encuentro, cedió espacios innecesarios y careció de posesión y manejo del balón.

El primer tiempo fue muy malo y las principales chances fueron para Gimnasia. Barovero fue figura, tapando varias pelotas complicadas, hasta que se tuvo que retirar lesionado. Si bien Chiarini cumplió una buena actuación, lo de Trapito preocupa: se trataría de su cuarta lesión muscular desde que está en River. Ponzio recurrió constantemente a la falta y pocas veces conectó con sus compañeros, lo que produjo que Boyé y Driussi no puedieran tomar contacto con la pelota. Así se fue la primera parte y el visitante practicamente no pateó al arco.

El segundo tiempo varió en intención pero no mucho en el juego. El Millonario salió más decidido, pero no encontró las herramientas para doblegar el arco de Monetti. Para colmo, los focos de luz del estadio sufrieron un desperfecto y el partido estuvo detenido por diez minutos. Abundaba la confusión y faltaba el fútbol. Recién en tiempo de descuento, Teo Gutiérrez pudo conectar de cabeza luego de un tiro libre de Pisculichi. Pero cuando parecía que los tres puntos se iban a Núñez y faltaban segundos para el final, River se dejó empatar de manera increíble: luego de un córner y varias desatenciones defensivas, Vegetti metió la pelota que había quedado boyando en el área. Final del partido, 1 a 1.

La Banda extrañó muchísimo a los pilares que supo tener el último campeonato y le sirvieron para hacerse con el título. Los desbordes de Carbonero, la creación de juego mediante la sociedad Ledesma-Lanzini y la presencia de Cavenaghi se hicieron desear. La nueva identidad que Gallardo pretende darle al equipo todavía no logra vislumbrarse. Luego del debut, quedó claro que hay mucho por mejorar y dio la sensación de que se perdieron dos puntos en un partido tan duro como chato.

Macarena Alvarez Kelly

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